Liquidez Financiera
En términos contables, se denomina liquidez financiera de una empresa o un particular a la capacidad que estos tienen de convertir sus activos en dinero en efectivo. A su vez, estos activos pueden ser tangibles (por ejemplo, un vehículo) o intangibles (como acciones u otros productos financieros).
Activos líquidos
Pero más importante respecto a la liquidez financiera es, justamente, el calificativo de «líquidos» que reciben ciertos activos. Son aquellos que más fácilmente pueden convertirse en dinero en efectivo sin perder su valor. Cuanto más sencilla sea esta operación, más líquido será ese activo.
Lógicamente, la liquidez de un activo también será mayor o menor en función de las expectativas que tengan sus poseedores respecto a su precio. Es decir, de lo que pretendan obtener por él. Por ejemplo, el oro nunca puede tener la consideración de activo líquido, ya que es difícil venderlo por su valor real. Por el contrario, sí lo son los bonos de ahorro, los bienes raíces o los materiales, ya que puede obtenerse por ellos una cantidad cercana a lo que costaron.
Activo corriente y activo circulante
En este sentido, también se habla de activo corriente y activo circulante, que son los que pueden convertirse en dinero, es decir, en líquido, antes de 12 meses. Ejemplos de ellos son las existencias de una empresa o sus inversiones financieras.
No obstante, el activo por excelencia es el dinero en efectivo. Y, a este respecto, una herramienta importante para obtener liquidez es el factoring. Consiste en que un banco o entidad de crédito adelanta a la empresa en cuestión el dinero que tiene pendiente de cobro a sus clientes.
Fondo de maniobra
Otro concepto importante en lo que afecta a la liquidez financiera es el llamado fondo de maniobra. Es la parte del activo corriente que resulta de restar a este el pasivo corriente representado por la deuda a corto plazo. Dicho de forma más coloquial, consistiría en el valor de los bienes que una empresa puede convertir rápidamente en dinero después de restarles los pagos que esta debe hacer en poco tiempo. En consecuencia, su control es básico para garantizar la liquidez a plazo corto.
Conceptos similares que no deben confundirse
Por otra parte, la liquidez financiera de un negocio no debe confundirse con su solvencia. Esta última es la capacidad de ese negocio para conseguir fondos con los cuales afrontar las obligaciones de pago que ha contraído con terceros.
Tampoco deben identificarse liquidez financiera y rentabilidad. Se llama rentabilidad a los beneficios alcanzados por una empresa en función de los recursos usados para ello. Con otras palabras, es la diferencia entre lo obtenido y lo gastado para ello.
En conclusión, la liquidez financiera de una empresa es la capacidad que esta tiene para obtener dinero a corto plazo a través de sus activos y siempre debe guardar equilibrio respecto a las deudas a corto plazo (fondo de maniobra). En consecuencia, es muy importante que la liquidez sea buena, especialmente en tiempos de crisis cuando las entidades bancarias ponen dificultades para obtener dinero a crédito.